La Biblioteca Municipal Don José Vargas acogió ayer una nueva entrega del ciclo “Conversaciones en la Biblioteca”. La protagonista de esta edición fue la ilustradora y pintora Katarzyna Rogowicz, artista nacida en Polonia y afincada en Murcia desde hace décadas, cuya obra, personalidad y recorrido vital centraron una mesa redonda tan emotiva como luminosa.
El encuentro, organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Abarán, reunió a un panel de auténtico lujo: la propia Rogowicz; el pintor abaranero Antonio Carrasco y la periodista, doctora en Comunicación y crítica cultural Ariana G. Company. La conversación estuvo moderada por Manuel Madrid, jefe del Área de Culturas y Sociedad del diario La Verdad.
Desde el inicio, Manuel Madrid recordó la conexión del ciclo con el Premio de Relato Corto Pedro Soler, del que Rogowicz ha ilustrado el cartel este año. La obra, presente en la sala, se convirtió en hilo conductor de buena parte del diálogo. El moderador contextualizó la elección de Rogowicz dentro de la apuesta del Ayuntamiento por difundir el talento artístico regional y por establecer vínculos entre Abarán y figuras relevantes de la cultura murciana.
En el público se dieron cita representantes municipales, como las concejalas Penélope Luna y Fátima Saorín, artistas locales y aficionados al arte, que llenaron la sala y dieron al acto un ambiente de cercanía.
La maternidad, el arte y la búsqueda interior
Uno de los momentos más intensos llegó cuando Rogowicz habló, con notable sinceridad, del proceso personal que dio origen a la exposición Amor, su gran retrospectiva en la Cárcel Vieja de Murcia. Describió la maternidad como una experiencia transformadora y compleja, “capaz de vaciar y llenar a la vez”, que influyó decisivamente en su manera de crear. Esa confluencia entre vida y arte, entre identidad, memoria, naturaleza y mujer, es una constante en su obra.
Ariana G. Company destacó la “suavidad, dulzura y profundidad” de su lenguaje visual, subrayando cómo sus personajes, a medio camino entre la realidad y la fábula, conectan con públicos de todas las edades, especialmente los niños, a quienes la artista sitúa simbólicamente “a la altura” en sus exposiciones.
Antonio Carrasco: del realismo íntimo al simbolismo personal
El pintor abaranero Antonio Carrasco aportó otro registro, más introspectivo, explicando su evolución desde los retratos tempranos hasta un hiperrealismo que incorpora simbolismo y referencias bíblicas. Su obra He’s Coming, que llamó la atención de la crítica por su sutileza, fue analizada durante la velada.
Company subrayó “la fuerza de las miradas” en sus retratos y la capacidad del artista para generar diálogo emocional con el espectador.
Rogowicz evocó con emoción la figura de su abuelo, caricaturista y acuarelista, que le enseñó a observar la naturaleza y le despertó la vocación artística. En su relato, la creación aparece como refugio, espejo y camino de identidad. “Muchas veces me han quitado todo. Lo único que me quedaba era trabajar”,
El moderador, Manuel Madrid, profundizó en la simbología de sus personajes “patilargos”, esa identidad híbrida entre fantasía y humanidad. Rogowicz explicó que en parte proceden de su propia biografía “siempre fui la más alta en todos los grupos” y en parte de una sensación de soledad creativa que canaliza a través de sus criaturas.
El factor Abarán: las norias como inspiradoras de un cartel
Uno de los pasajes más celebrados fue el relato de la visita que la artista realizó meses atrás a la Ruta de las Norias, guiada por el pintor abaranero Josué, quien también participó desde el público. De aquella caminata entre acequias, huertos y naranjos nació la idea del cartel del concurso: un personaje entre las cañas, tocando una flauta hacia una noria, símbolo del tiempo y de los ciclos vitales.
El arquitecto Ramón Garrígues, comisario de la exposición Amor, confesó su fascinación al descubrir por primera vez de cerca la ingeniería tradicional de las norias abaraneras: “Son estructuras impresionantes, fruto de siglos de sabiduría”.
La conversación avanzó hacia temas como la emoción en el arte, la diferencia entre ver una obra en inauguración o en silencio, la libertad creativa y la necesidad contemporánea de buscar nuevas formas de fe o sentido.
Antes de concluir, Rogowicz sorprendió anunciando que una parte de su exposición Amor llegará a Abarán en febrero, un acontecimiento que generó entusiasmo entre los asistentes.
Vídeo del acto:
