Durante los controles que la Policía Local viene llevando a cabo tanto en el casco urbano como en pedanías, para evitar el alcohol y las drogas al volante, este pasado fin de semana fue detenido un conductor que circulaba bajo la influencia de bebidas alcohólicas.
Tras ser sometido a las pruebas de alcoholemia, en la primera de ellas arrojó una tasa de 0,73 mg por aire espirado mientras que en la segunda el resultado fue de 0,70 mg.
Las consecuencias legales tras un positivo de estos niveles es una multa de hasta 1.000 euros y la pérdida de 6 puntos del permiso de conducción.