La procesión de los patronos, San Cosme y San Damián y la Virgen del Oro, cada 26 de septiembre, deja momentos muy emotivos. Instantes que quedan en la retina de los miles de vecinos que llenan las calles por donde pasa el cortejo, para honrar de esta manera a los Mártires y a Santa María del Oro.
Uno de esos momentos es el que se vive cuando la Virgen del Oro y los Santos Médicos entran a la parroquia de San Pablo después de haber terminado su recorrido, al son de sus respectivos himnos y en medio de una gran ovación.