La Semana Santa siempre ha sido un tiempo de celebración y de devoción para los fieles y también de inspiración para los artistas.

Los motivos de la Pasión y Resurrección del Señor han dado lugar a innumerables obras de arte de incalculable valor en todos los campos: escultura, pintura, música, cine y también , por supuesto, en la literatura.
Y uno de los géneros literarios es la poesía y es en el que este sentimiento religioso más y mejor se ha expresado.
Dentro de los muchos cultivadores de poesía religiosa, destaca Lope de Vega, un hombre que,
tras llevar un vida muy disipada, con dos matrimonios, varias amantes, quince hijos entre legítimos e ilegítimos, desengañado de esa vida que había llevado, ya pasados los 50 años se hace sacerdote, aunque no por ello cambia radicalmente de vida.
Y, fruto de ese arrepentimiento, escribe algunos sonetos en los que se dirige a Jesús en la cruz, haciéndole partícipe de su estado interior.
Como pieza musical, suena una versión de uno de los sonetos religiosos más conocidos, NO ME MUEVE MI DIOS PARA QUERERTE, escrito por Ignacio de Guevara (s. XVI-XVII) cantado por Mari Trini Carrasco , que forma parte del CD titulado “De Dios y para Dios”.