El inicio del siglo XX marcó una etapa crucial para el desarrollo de Abarán, un pueblo en plena transición hacia la modernidad. En este contexto, el programa “La Ventana de los Tiempos” nos transporta al año 1900, ofreciéndonos una perspectiva única de los retos, proyectos y transformaciones que moldearon la fisonomía y el espíritu de la localidad.
Por aquel entonces, Abarán enfrentaba importantes desafíos de infraestructura. Las calles, impracticables incluso para los carros de carga, requerían mejoras urgentes. Entre las primeras iniciativas destacaron los arreglos en los caminos vecinales, especialmente los accesos a la ermita, gestionados por el cura Candel, quien, a un coste de 16 pesetas, facilitó que los fieles pudieran llegar hasta allí para venerar a sus patronos.
El puente de hierro, otro pilar fundamental de la comunidad, también fue objeto de reparaciones. Los daños ocasionados por el agua llevaron a reforzar los estribos del puente, mientras Don José Martínez Gómez buscaba prolongar el arrendamiento del arbitrio de pesaje, clave para la regulación del tránsito de personas y animales.
El programa también destaca la evolución del cementerio “Corazón de Jesús”, ubicado en el Campillo bajo el cabezo Negro. En aquel entonces, comenzaron ampliaciones que incluyeron la señalización de calles internas, la creación de una sala de autopsias y la planificación de espacios que responderían al crecimiento poblacional y a la amenaza de epidemias. Este proyecto reflejaba una visión de futuro para atender las necesidades de una comunidad en constante expansión.
Finalmente, las calles que hoy forman el corazón de Abarán, como David Templado y Dr. Molina, comenzaron a delinearse en 1900, sentando las bases para convertirse en escenarios de importantes gestas históricas y encuentros políticos en los años venideros.
Acompáñanos en este viaje por el pasado, donde cada detalle y cada historia nos muestran cómo el Abarán del año 1900 se fue transformando para dar forma a la localidad que conocemos hoy.
