
Abarán, un municipio con una rica historia, ha sido testigo de diversas transformaciones a lo largo de los años, moldeado en gran parte por los hombres que han ocupado su alcaldía. En el espacio «La Ventana de los Tiempos», de esta semana se presenta un recorrido detallado sobre los alcaldes que gobernaron la localidad en el periodo entre 1929 y 1934, un tiempo marcado por cambios políticos y sociales que dejaron una huella significativa en la comunidad.
En 1929, Don Jesús Gómez Gómez, primer teniente de alcalde, asumió el liderazgo del municipio tras la renuncia de su predecesor. Durante su mandato, se destacó por la adquisición de un terreno destinado a la construcción de un asilo para ancianos, lo que refleja su compromiso con las necesidades sociales de la época.
Un año más tarde, en 1930, Don José Templado Sánchez, un hombre profundamente religioso y dedicado a la industria de la madera, tomó las riendas de la alcaldía. Aunque su mandato fue breve, se le recuerda como un alcalde longevo que, más allá de su gestión política, dejó un legado en la integración de las distintas formaciones partidistas.
Ese mismo año, el abogado y escritor Don Luis Carrasco Gómez accedió a la alcaldía. Su gestión coincidió con uno de los momentos más cruciales en la historia de España: la proclamación de la Segunda República en 1931. Posteriormente, Carrasco Gómez ocupó cargos relevantes a nivel nacional, como delegado del Ministerio de Trabajo y presidente de la Diputación Provincial de Murcia, contribuyendo al desarrollo de infraestructuras claves.
En 1931, Don Adrián García Molina, propietario de una confitería y cofundador de la compañía teatral «Los Amigos del Arte», fue elegido alcalde. Su principal preocupación fue mejorar la enseñanza en Abarán, luchando contra el analfabetismo y promoviendo la educación como pilar fundamental para el progreso de la comunidad.
Finalmente, en 1934, Don Fausto Tornero Templado asumió la alcaldía en medio de un contexto social turbulento. Su gestión se destacó por el liderazgo firme ante los conflictos que llevaron al gobierno de la República a declarar el estado de guerra. Por su labor, fue reconocido con una medalla otorgada por el Ministerio de Gobernación.
Estos alcaldes no solo desempeñaron sus funciones políticas, sino que también dejaron un legado duradero que aún es palpable en Abarán hoy en día. Su compromiso, en momentos de gran incertidumbre política, fue clave para el desarrollo del municipio y para la construcción de una identidad colectiva que sigue vigente.