El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Cieza ha decidido aplazar la sentencia del juicio rápido contra las dos mujeres detenidas por la violenta agresión registrada en el Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) de la localidad. El magistrado está a la espera de los informes forenses que evalúan las lesiones sufridas por varios agentes de la Policía Local durante la intervención, según confirmó el Sindicato de Profesionales de la Sanidad (SPS).
Las acusadas pasaron a disposición judicial el pasado jueves, día en el que se celebró la vista rápida, aunque la resolución no se dictará hasta que el juzgado disponga de toda la documentación médica pendiente.
El altercado, ocurrido el martes por la noche, se saldó con siete personas heridas: un médico, un celador, un vigilante de seguridad y cuatro policías locales. Según los testimonios, las mujeres arremetieron con golpes y mordiscos contra el personal sanitario y el vigilante, que resultaron con lesiones leves. La llegada de varias patrullas no puso fin a la violencia, ya que las arrestadas también atacaron a los agentes antes de ser finalmente reducidas.
Ambas detenidas mantienen como medida cautelar una orden de alejamiento de 100 metros respecto al personal agredido y del propio centro sanitario. «De momento se ha adoptado esa medida, pero habrá que esperar a la sentencia una vez se incorporen los informes médicos de los policías agredidos», explicó Antonio Martínez, secretario general del SPS.
La Consejería de Salud activó el Protocolo de Agresiones del Servicio Murciano de Salud (SMS) y ha ofrecido apoyo psicológico y jurídico a los trabajadores afectados, además de interponer la denuncia correspondiente. El consejero de Salud, Juan José Pedreño, expresó su «firme condena» a cualquier acto violento contra los sanitarios y pidió a la ciudadanía «conciencia y respeto para que los profesionales puedan desempeñar su labor sin amenazas ni miedo».
Los datos confirman que no se trata de un caso aislado. El Observatorio Contra las Agresiones del SMS contabiliza ya unas 450 agresiones a sanitarios en lo que va de 2025, una media de 15 incidentes semanales. El año pasado se cerró con 661 episodios que afectaron a 778 trabajadores, un 27% más que en 2023. La tendencia al alza es evidente: en los últimos cinco años se han registrado 2.323 agresiones, el doble que antes de la pandemia.
















