
El cielo estaba gris con una amenaza de lluvia que al salir del evento se hizo realidad, pero ello no empañó el ambiente de un acto en el que se dieron cita la palabra, la emoción, el recuerdo, el reconocimiento, la música, la tradición, las vivencias y hasta el arte pictórico.
Todo tuvo lugar a partir de las doce y media del 14 de diciembre, el tercer domingo de Adviento, el domingo “gaudete”, en nuestra ermita.
Vídeo del acto:

Acto muy bien organizado por la Hermandad de Ánimas, con Movar a la cabeza, que celebra este año el 125 aniversario de lo que podríamos llamar su refundación oficial, pues en 1901 el cura Candel puso en orden a esta y a todas las Hermandades, algunas muy antiguas como esta de Ánimas de la que hay referencias hace cuatro siglos.

A la brillantez del acto contribuyó la conductora del mismo, Isabel Castaño, quien se desenvuelve con soltura y elegancia en estas lides.

Piti fue el encargado de presentar a la pregonera, de la que destacó su entrega a todas las actividades sociales en las que se le solicita colaboración y, sobre todo, sus cualidades como persona que él conoce muy bien por su larga e intensa relación de amistad, cualidades como la lealtad, la disponibilidad, la entrega y la alegría con la que se enfrenta a la vida.

Deja Piti el ambón para coger la batuta, pues fue el encargado de dirigir, y con gran acierto, un nutrido coro con numerosos músicos reunidos por él para este fin, que contribuyó al éxito y al buen ambiente del evento.
Rosarito comienza recordando lo que sintió al proponerle este encargo afirmando que “cuando Movar me dio la noticia, me quedé helada y una mezcla de alegría y nerviosismo se apoderó de mí”.

Sobre su origen afirmó que: “Aunque todos me decís que soy una abaranera de pura cepa, la verdad es que nací en Ricote, pueblo natal de mis padres, pues, aunque vivíamos en Abaran, mi madre se fue a traerme al mundo a su pueblo, porque todos sus hijos tenían que ser de allí”.
Recordó el pasaje evangélico de la Anunciaciòn destacando la obediencia de la Virgen María y la confianza de José, su esposo.
Se refiere a la Nochebuena como el momento en que “ocurrió el gran milagro, y a luz de mundo iluminó la noche oscura”
Rosarito sigue recordando su infancia vestida de pastora ante el Belén del Asilo, rememorando después la vivencia de la Navidad en su casa, con un belén más pequeño pero muy entrañable. Junto al belén completaban ese ambiente navideño, el olor a castañas asadas, a musgo, a pino y a sabina de los belenes y árboles, a fuego de hogar y a dulces de Navidad.
Se refiere después a las “lumbrenarias” que empezaban el 7 de diciembre y que eran motivo de alegría y júbilo para todos.
Tras ellas, las Misas de Gozo, con la iglesia repleta de gente, cantando villancicos y tocando toda clase de instrumentos.

Rosarito habla de la Nochebuena, “el día en que se reúne toda la familia en torno a una buena mesa, cenamos todos juntos, poniendo incluso un Niñico Jesús en medio”.
Recuerda que después de la cena familiar se iba a la misa de Gallo cantando en el coro David Templado la misa en latín y los villancicos y menciona a los componentes de este Coro que ya no están.
Afirma que el día 25 “es una buena oportunidad para detenernos y reflexionar sobre lo que realmente importa, más allá de los regalos materiales, pues Jesús el regalo perfecto para nuestra salvación”.
El 4 de enero viene haciéndose la vestida de los Niños, algo que se hace con mucho cariño y mimo, habiendo configurado una tradición que va en auge.
Recuerda las Cabalgatas de Reyes de su infancia, sencillas pero muy bonitas, con antorchas, cabricas, ovejas y niños y mayores vestidos de pastores.
Tras ellas, llega el día 6, el más grande, el Día del Niño, cuya celebración comienza con la visita de imágenes del Niño a los ingresados en hospitales y en la Residencia, sin olvidar la misa solemne a la que asisten los Reyes Magos.
Por la tarde Rosarito se detiene en la visita al cementerio que cada año atrae a más gentes que allí recuerdan a sus difuntos en día tan especial.
Destaca la alegría y emoción de las salidas en San Juan Bautista y San Pablo, así como en la recogida ya de madrugada a la que nunca falta tras adorar al Niño en casa de Piti.
Sobre su participación en la vida social de Abarán, afirma que “seguiré fomentando las tradiciones de mi pueblo, donde cada campana, cada villancico y cada luz encendida llevan siglos anunciando lo mismo, que no estamos solos, que la esperanza vuelve a nacer cada 24 de diciembre”.
Con vivas a la Navidad, a Abarán y al Niño Jesús acaba este pregón navideño en la boca de una mujer que vive la navidad y que vive su pueblo desde lo más hondo de su alma y de su corazón, sobrevolando siempre en su pregón el recuerdo de sus padres y su hermana que hicieron que su voz se entrecortara más de una vez.

Seguidamente, Movar le hace entrega de un recuerdo de este día y un ramo de flores ensalzando lo entrañable y bello del pregón de Navidad, que “es el más sentido de todos”, afirmando también el acierto en la elección de Rosarito para la navidad de este año.

A continuación, tuvo lugar otro de los momentos emotivos del acto y fue el nombramiento de Animero de Honor a Julián, el niño de Beniaján que, con una enfermedad muy grave recibió a nuestro Niño en la Arrixaca y fue experimentando una evidente mejoría. Al no poder asistir fue su padre, Miguel el que, visiblemente emocionado, dio las gracias e hizo un recorrido por el tortuoso camino de su hijo en el hospital, defendiendo la necesidad de la fe para superar las adversidades de la vida y agradeciendo todos los detalles que esta Hermandad de Animas están teniendo con ellos.

No acaban aquí las sorpresas, pues seguidamente se presenta el cartel que el blanqueño Luis Fernández, pintor de prestigio y gran amante de nuestro pueblo, ha realizado para el Día del Niño de 2026, cartel en el que su sobrina, una niña de unos ocho años, ha aportado su grano de arena. El pintor interviene para decir, entre otras cosas que “el patrimonio humano de Abarán es envidiable”. Y lo dice alguien que nos conoce muy bien, pues siente mucho este pueblo y tiene en él grandes amigos como Javi “Gaseosas” que es un buen ejemplo del valor de nuestro patrimonio humano.

Pero no termina aquí el acto pues, a continuación, como novedad este año, la Hermandad distingue a una familia por su intensa vivencia del Día del Niño en su casa, la familia de don Joaquín Martínez Sorio, cuyo cariñoso recuerdo también flotaba en el ambiente. Distinción mas que merecida pues es una familia volcada no solo en esa noche sino todo el año en todas las fiestas y tradiciones de este pueblo.
Todos los asistentes, que llenaban la ermita, estaban ya casi saturados de emociones y en casi todos los rostros se adivinaba la huella de alguna que otra lágrima.

Y, en los momentos finales del evento, se convoca a todos los pregoneros de la navidad que han ejercido su papel hasta ahora. Y ahí distinguimos a Miguel López, Jesús Yelo, Araceli, Feli, Ramón Morte, Jesús Cobarro, José María Gómez («Pepe el Carpintero»), Juanita Erena, Viqui Gómez, Juana en memoria de su madre: la recordada Fina del Catre, que reciben también un obsequio de la Hermandad.

Ya cerca de las dos de la tarde, toma la palabra el alcalde quien agradece este acto “tan bien hilvanado” y da las gracias al pintor, al padre del niño homenajeado y a Rosarito por un pregón “lleno de emoción”, insistiendo en el verbo “compartir” como el definidor de la Navidad.

El coro, que tuvo un papel muy importante, acaba con dos villancicos populares, poniendo el broche alegre a un acto de los que hacen pueblo.
JOSE S. CARRASCO MOLINA





















