Este sábado, 1 de noviembre, a las 12 del mediodía, se celebró en el Cementerio Municipal una Santa Misa en memoria de todos los fieles difuntos, con motivo de la solemnidad del Día de Todos los Santos.
La eucaristía fue oficiada por el párroco de San Pablo, D. Miguel Ángel Saorín, y congregó a cientos de vecinos y familiares que acudieron al camposanto para rendir homenaje a sus seres queridos.

En su homilía, Saorín recordó que “la Santidad es hoy la llamada que Dios nos hace a todos, una invitación a participar de su gracia y de su amor”. Explicó que esta Santidad solo es posible “cuando abrimos nuestro corazón a la voluntad de Dios”, tal como nos enseña el Evangelio a través de las Bienaventuranzas, que muestran el camino de la humildad, la misericordia y la paz.
“El Señor nos llama a vivir desde el amor, el mismo amor que Cristo tuvo por cada uno de nosotros, entregando a su Hijo en la cruz”, subrayó el párroco, destacando que solo desde esa entrega y apertura al amor divino se puede alcanzar la verdadera plenitud.
Asimismo, D. Miguel Ángel Saorín quiso tener un recuerdo especial por “todos los nuestros que ya disfrutan de la Santidad en el cielo”, pidiendo que “ellos intercedan por nosotros y que el Señor los acoja en su reino para que puedan descansar en su paz eterna”.

Entre los asistentes se encontraban miembros de la Corporación Municipal, con el alcalde de Abarán, Jesús Gómez, al frente; el presidente de la Hermandad de Ánimas, Bienvenido Molina y el presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías Pasionarias de Abarán, Francisco J. Tornero, que quisieron acompañar a los vecinos en esta tradicional cita de recuerdo y oración.
Como es costumbre, una imagen vestida del Niño Jesús presidía el altar, instalado en la parte nueva del cementerio, aportando un símbolo de esperanza y consuelo a los presentes.

La ceremonia contó también con la participación del coro parroquial de San Juan Bautista, que acompañó musicalmente la celebración, dotándola de un especial recogimiento y solemnidad.
















