Radio Abarán volvió a abrir esta semana su ventana más entrañable a la memoria colectiva del municipio con una nueva entrega del programa Toda una vida, dirigido y presentado por José Simeón Carrasco. En esta ocasión, el protagonista fue José Roberto Molina Molina, más conocido como ‘Pepe Peñaleja’, un abaranero cuya historia vital refleja a la perfección el espíritu trabajador, solidario y alegre de toda una generación.
Desde los recuerdos de su infancia en la calle Rosario, entre juegos en la replaceta y anécdotas escolares con los recordados maestros D. José García Martín y D. Juan Serrano, hasta su papel protagonista en la vida cultural de Abarán, Pepe repasó con emoción los episodios más significativos de su trayectoria personal.
Durante la conversación, recordó con cariño a su padre, Emiliano Peñaleja, músico de vocación que tocaba la trompeta en la banda del pueblo, y a su tío Joaquín “el Cómico”, figura muy popular en los escenarios locales. “De ellos heredé los genes artísticos”, reconoció entre risas.
Aunque durante años se dedicó al trabajo en el esparto y más tarde a la fruta, su auténtica pasión fue siempre la música. Su salto a los escenarios llegó siendo muy joven, con apenas 16 años, formando parte del coro de Katiuska. A partir de ahí, comenzó una fructífera trayectoria en el mundo de la zarzuela, primero con el grupo “Amigos de la Zarzuela” y después, de forma más profesional, en los «Amigos del Arte» bajo la dirección de José María Tornero, en la con quien llegó a actuar en el Teatro Romea de Murcia y otros escenarios de la Región.
Su voz de barítono, potente y expresiva, le permitió brillar en títulos emblemáticos como La tabernera del puerto, El manojo de rosas o Los gavilanes. En el programa recordó con emoción sus encuentros con el gran barítono Manuel Ausensi, a quien admiraba profundamente y de quien recibió elogios por su oído y afinación natural.
El espacio también dejó momentos muy humanos, como la llamada en directo de Fernando Gómez, amigo de juventud residente en Albacete, que evocó los años de pandilla, las verbenas y las comidas mensuales que aún hoy siguen celebrando los “abaraneros de más allá de la garita”.
En la parte más íntima de la entrevista, no faltó el reconocimiento a su familia: su esposa —“una mujer que no me la merezco, buena, inteligente y maravillosa abuela”—, sus hijos y sus cuatro nietos, que llenan de alegría esta etapa de su vida.
Vídeo del programa:
