La mañana de Domingo de Resurrección, volvió a recobrar todo su esplendor dentro de la Semana Santa abaranera con la procesión del «Encuentro» de «La Reverencia» o de «Las Palomas», como es conocida, depende de con que abaranero o abaranera hablemos.
El escenario, como no podía de ser de otra manera, fue la Plaza Vieja, que presentaba una estampa multicolor, a rebosar de gente, que llegaba hasta la esquina de la Ermita por la calle Médico Gómez.
Nadie quería perderse este momento único cuando se encuentra el Señor Resucitado con su madre, La Virgen del Amor Hermoso, que después de tres reverencias conforme se iba acercando al trono del Corazón de Jesús, se despojó de su manto negro para dar paso a uno blanco como símbolo de alegría y pureza, momento este en el que un aluvión de palomas de colores inundan el cielo azul.
La alegría se apodera de las miles de almas que están presentes y las bandas de tambores y cornetas de las distintas hermandades comienzan a tocar sus marchas más animadas, porque ha resucitado Jesús.
Mientras los tronos participantes en esta emocionante procesión: La Flagelación con el Niño, San Pedro, el Ángel triunfante, Santa María de Cleofás, Santa María Magdalena, La Verónica y San Juan Evangelista se unen a esos bailes de júbilo del Resucitado y la Virgen. Es un día especial, de fiesta, de devoción, alegría e ilusión.
