La Casa de la Cultura de Ojós acogió este jueves, 30 de octubre, la Gala de Entrega de los Premios Ruralmur 2025, unos galardones que celebraron su décimo aniversario reconociendo la labor de personas, empresas y entidades que contribuyen al desarrollo del turismo rural, la artesanía y la identidad cultural de la Región de Murcia.
En esta edición, el abaranero Antonio Moreno Saorín, conocido popularmente como “El Cura”, fue distinguido con el Premio a la Promoción de Murcia, un reconocimiento a su constante implicación en la difusión y puesta en valor de la cultura, las tradiciones y el espíritu emprendedor murciano.

El acto contó con la presencia de diversas autoridades, entre ellas el alcalde de Abarán, Jesús Gómez Montiel, quien hizo entrega de este reconocimiento al propio Antonio. La gala estuvo magistralmente conducida por los periodistas María Pina y Alejo J. Lucas, que aportaron dinamismo y cercanía a un evento cargado de emoción y orgullo regional.
Un discurso lleno de gratitud y sentimiento
Tras recibir el premio, Antonio Moreno pronunció un emotivo discurso en el que expresó su sorpresa, gratitud y emoción por un reconocimiento que calificó como “un balón de energía para seguir trabajando en lo que me apasiona”.
“El Cura” destacó que los premios son una motivación para continuar dedicándose, de forma altruista, a la promoción de la cultura y las tradiciones murcianas. Confesó que desde la llamada del presidente de Ruralmur, José Antonio Lucas, no había dejado de sentirse “tan sorprendido como emocionado”.
Moreno subrayó la especial ilusión que le produjo recoger el galardón en Ojós, “epicentro del mágico Valle de Ricote”, un lugar al que aseguró sentirse profundamente vinculado. Recordó las palabras del exalcalde Pablo Melgarejo, quien le decía que era “hijo adoptivo de Ojós aunque fuera sin papeles”.
El homenajeado también dedicó el reconocimiento a las personas más importantes de su vida: su mujer Ainhoa, sus hijos David y Mario, y un pequeño grupo de amigos “verdaderos gigantes que empujan mi espalda para subir las montañas de mis locuras”.
Asimismo, tuvo un emocionado recuerdo para sus padres, Asunción de Bonifacio y Antoñín “el cura”, a quienes agradeció “tantas lecciones de humildad y de vida”. Dirigiéndose simbólicamente a ellos, afirmó: “Papá, mamá, aquí estoy”.
Antonio Moreno también quiso compartir el premio con su pueblo, Abarán, al que definió como su raíz y su identidad: “Se lo dedico a mis vecinos de toda la vida, los que me vieron nacer, crecer, reír y llorar en esa calle Artichuela del barrio de la Solana, a la que me unirá siempre ese invisible cordón umbilical de las emociones”.
Finalmente, tuvo palabras de reconocimiento para la asociación La Carraila, de la que forma parte y que, según dijo, “ha hecho tanto y tan bueno por el Valle de Ricote”.
El abaranero concluyó su intervención con un entusiasta mensaje que provocó una gran ovación entre los asistentes:
“¡Viva Ojós, viva el Valle de Ricote y viva Murcia!”


















