El momento más emocionante y emotivo de la procesión del Santo Entierro la noche de Viernes Santo, se da cuando el Cristo Yacente, una vez ha terminado su recorrido por las principales calles del municipio, llega a la parroquia de San Pablo. Allí es descendido de su trono cuidadosamente por sus anderos y en medio de un absoluto silencio y escoltado por el Tercio de Romanos, es introducido al templo donde es venerado por los numerosos fieles.
Video del encuentro

Minutos después, cuando la madre, la Virgen de la Soledad, asoma por el quicio de la puerta principal de la iglesia se produce el instante más enternecedor al presentarle a su hijo yacente.