Hoy martes, 27 de diciembre, la Hermandad de San Juan Evangelista celebrará su tradicional misa anual, la cual, tendrá lugar en la Ermita de los Santos Médicos a las 19:30 horas. Y es que, acaso, constituyendo una de las tradiciones más arraigadas desde que dicha Asociación fuera fundada en 1875, resulta llamativo cómo entre sus 32 fundadores y en ausencia de Juanes, la mayoría se llamaban José.
Allá por 1891, a los sesenta reales invertidos en la función religiosa o los ochenta por un sermón, se sumarían otros treinta en concepto de bizcochos y dulces, sin olvidar, el respectivo y tradicional aguardiente por valor de ocho reales.
A la vista de la contabilidad reflejada entre las páginas del libro de actas de su fundación, sería en 1896 cuando, a los sesenta reales empleados en misas, se invirtiera el doble que en años anteriores para un refrigerio que, sin lugar a dudas, nos estaría informando sobre el notable incremento de inscripciones.
No faltarían cohetes, campanas e incluso música encontrando en 1895 la primera referencia de participación de una banda, si bien, las discrepancias económicas entre músicos y hermanos sanjuanistas irían creciendo a lo largo del tiempo hasta tal punto que de nacer acuerdos del siguiente tipo:
“Acordó la junta general de la Asociación de S. Juan Evangelista dejar ciento cuarenta reales destinados para gastos de música el día 27 de diciembre en las funciones que en ese mismo día se hacen a S. Juan, siendo dicha cantidad la que constase para todos los años y si la banda de música no le conviniera tocar por esa cantidad se destinara para otros gastos de la asociación y la música fuese ese día el que la mande y paga”.
Si bien esta última cantidad se mantendría estable hasta 1899, en 1903 será el compositor local D. David Templado quien por algo menos de la tercera parte de dicha partida (9 pesetas) amenizara la función religiosa con unos cuantos músicos
Hace 100 años, en un día como hoy, las calles abaraneras eran adornadas bajo el sonido de cohetes y el replique de campanas de manos del campanero Gabriel: “19.90 pesetas al Señor Cura por la función religiosa y a Gabriel por voltear en los días 26 y 27 de diciembre último”
En todo caso, asistir a dicha función religiosa suponía protocolariamente ir provisto del báculo o cirial de la hermandad que, bajo aprobación de la directiva, podía ser prestado a algún familiar, vecino u hombre de confianza en el caso de que el miembro titular no pudiera asistir al oficio:
“También se acordó asistir todos los hermanos o socios a la función antes de esta con las bombas, pero en los días de semana santa ataviados con las túnicas y si cualquier socio no pudiera asistir por estar ausente o por otras causas justas, deberán si es posible dársela a otro individuo de su familia o al cualquier hombre de confianza, pero solicitándole una papeleta al hermano mayor para que él obre como crea conveniente. Si algún socio faltase a esas condiciones se le impondrá la multa de cinco pesetas, que quedarán depositadas para gastos de la asociación y de no pagar dicha multa se le expulsará de la asociación”.
Es esta una celebración de antaño que hace hermanos y hermandad al tiempo que las nuevas generaciones de sanjuanistas, lejos de mostrarse como meros herederos, demuestran conquistar sus tradiciones más profundas entre las calles de un pueblo con alma.
Álvaro Carpena Méndez
Presidente del Centro de Estudios Abaraneros
