Alberto Garre, presidente de Somos Región y candidato a la presidencia de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, clausuró la noche de este jueves, ante más de 100 personas, el acto en el que Juan Miguel Molina fue presentado como candidato a la Alcaldía de Abarán en las elecciones municipales del próximo mes de mayo. Un evento que sirvió igualmente para la inauguración de la sede de esta nueva formación política, sita en Avenida de la Constitución.
Para Garre estamos asistiendo a un despropósito constante en la política regional. “Ahora, nuestro gobierno, se acuerda de la deuda histórica que nosotros llevamos tantos meses reclamando. Lo que no cuentan es que, durante los siete años que ha gobernado Rajoy, este mismo gobierno ha preferido mirar para otro lado, no molestar a sus jefes. Ahora, ante la cercanía de las elecciones autonómicas y municipales y estando en la oposición, sí les parece legítimo reclamar lo que es nuestro”, insistió.

Asimismo el líder de Somos Región, subrayó en su discurso que “no podemos seguir consintiendo que nos gobiernen quienes están más pendientes de su silla que de los intereses regionales. Necesitamos un partido como el nuestro, que no se pliegue a las decisiones que se tomen a 400 kilómetros de aquí, ni a la disciplina que les impongan, sino que se deba única y exclusivamente a sus votantes, a sus ciudadanos, a su tierra. Por eso es importante Somos Región”.
En opinión del presidente de Somos Región, nos jugamos mucho en las próximas elecciones, por un lado, tal vez, el futuro de las próximas generaciones ya que según recalcó “tenemos la obligación de dejarles un mundo mejor que el que nos hemos encontrado, así es como se construye el progreso y para eso, nuestros intereses no pueden depender de los demás” y, por otro, “porque estamos en una etapa radicalizada y polarizada entre la derecha y la izquierda”.
Por su parte, el candidato de Somos Abarán-Somos Región, Juan Miguel Molina repasó algunos de los problemas que a su juicio afectan al municipio, como la escasez de polígonos industriales, que provoca que “laboralmente la localidad esté muerta”.
También se refirió a la necesidad de bajar paulatinamente el IBI hasta adaptarlo al de otros municipios. Molina confesó sentirse emocionado ante el reto. “Voy a dejarme la piel para conseguir mejorar nuestra localidad. Ése es mi compromiso”, finalizó.