«Primero me despertaron unos gritos desgarradores y, de inmediato, observé por una ventana del edificio de enfrente la silueta de una mujer a la que un hombre estaba pegando. Por los chillidos que daba la víctima, yo creía que la estaba matando».
Noticia publicad en La Verdad.
Es el testimonio del agente de la Guardia Civil que en la madrugada del pasado sábado, estando fuera de servicio, neutralizó una presunta agresión de género que se estaba produciendo en la casa de unos vecinos suyos en un barrio ciezano.
El guardia civil, que ha preferido permanecer en el anonimato, recibió a LA VERDAD en el cuartel de Cieza ayer. «Mi instinto profesional y vocacional hizo que no me pensara acudir inmediatamente a auxiliar a esta mujer», señala el agente, quien explicó que, tras acceder al edificio, nadie le abría la puerta de la vivienda en la que estaban ocurriendo estos hechos. «Llamé insistentemente y nadie abría, y por eso decidí golpear la puerta con más consistencia». Fue entonces cuando un niño de unos 10 u 11 años le abrió. «El chaval estaba temblando y lloraba al ver lo que sucedía, y rápidamente insté a su progenitor a que se alejara de la mujer».
En ese momento, el presunto agresor se acobardó e hizo caso al agente. «Enseguida desistió en su actitud sin ningún tipo de agresividad y, entonces, tras auxiliar a la mujer, procedí a llamar a mis compañeros del cuartel que, poco después, llegaron y se llevaron al sospechoso». El detenido, junto con las diligencias instruidas, fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de Cieza. Este agente ha querido dejar claro que actuó «como lo hubiera hecho cualquier compañero e, incluso, cualquier otra persona», por lo que insistió en querer permanecer en un anonimato que denota su condición humana, profesional y vocacional.