Aunque de una forma más sencilla que en otro tiempo cuando toda la calle se volcaba en una
celebración festiva, este año algunos vecinos, en torno a la casa de Georgina Amorós, no quisieron que la festividad de la Virgen del Rosario pasara desapercibida y se reunieron el pasado 7 de octubre para el rezo del Rosario.
Con ello se reafirma el carácter entrañable de esta calle de Abaràn que ha sido inmortalizada en sus vecinos y en sus anécdotas a través del libro que Marta Amorós presentó en la biblioteca don José Vargas hace unos meses.