Unos 120 años contemplan a estos colosos que han sobrevivido milagrosamente a la grafiosis, la enfermedad que diezmó gravemente a esta especie en todo el continente. O sea, estos olmos ciezanos son un reservorio de resistencia contra este patógeno endémico del ‘Ulmus minor’.
Cuarenta olmos componen esta arboleda magnífica que enmarca un tramo de la carretera RM-352, cerca del río Segura y junto al puente de los Nueve Ojos. La calzada es precisamente una de sus mayores amenazas: soporta un intenso tráfico, de coches y también de camiones cargados de cajas de fruta.
Uno de estos árboles es desde hace unas semanas el olmo más grande de la Región: heredó este privilegio tras el derribo del olmo del Lavadero de Librilla, que se vino abajo durante el temporal que también tronchó el almez de Puebla de Soto.