La Policía Local, dentro de los controles que viene realizando estos días para el cumplimiento de los nuevos límites de velocidad en vías urbanas, detuvo la tarde de este jueves a un conductor al que, debido a las sospechas de los agentes, se le practicó la prueba de alcoholemia obteniendo un resultado de 1,06 mg/l.
Esta cantidad de alcohol, además del gran riesgo que supone para nuestra seguridad y la del resto de conductores, puede acarrear una multa de 6 a 12 meses de trabajos sociales en beneficio de la comunidad y la privación del derecho a conducir de uno a cuatro años. Incluso pueden darse penas de prisión de 3 a 6 meses y, si se tiene antecedentes, podría implicar el ingreso en prisión.