La unidad VIOGEN de la Policía Local de Abarán ha dado un salto cualitativo al convertirse en una unidad con policías especializados y dedicados a la protección de las víctimas de maltrato.
Los y las agentes podrán ir de paisano y con vehículos camuflados para dar mayor intimidad a las víctimas y así evitar la victimización secundaria.
Evitar la victimización secundaria de las mujeres es lo más importante, que se sientan apoyadas y oídas, y que el o la policía que actúe en primera intervención no la juzgue sino que la escuche de una forma empática, y que vele por su seguridad y la de sus hijos e hijas desde el primer momento.
Una unidad con un alto componente emocional
La confianza que se gana en la primera intervención es ya la confianza que tendrá en adelante la mujer en el sistema policial.
Se quiere especializar todas las fases del contacto con la víctima.
Son situaciones que nos han hecho estar más cerca de ellas desde el punto de vista emocional.
Por eso cuidar al cuidador es algo que nos queremos plantear, que los agentes trabajen todas esas emociones que viven cada día de los demás y que, inevitablemente, se llevan todos los días a sus casas, algunas muy fuertes, muy duras, con menores por medio.
Se están dando sobre todo, quebrantamientos de órdenes de comunicación más que de acercamiento del agresor, y también amenazas, porque muchos piden volver porque no tienen un lugar donde vivir.
Hay que ser muy perseverantes, cuando vemos un peligro real en un agresor, estamos detrás y lo detenemos cuantas veces haga falta, si quebranta. Es un dato relevante.
También se ha redoblado las visitas a las víctimas en sus domicilios.
Se realiza mucho trabajo de campo.
El entorno social también es muy importante en la lucha contra la violencia de género.
El equipo siempre prefiere un aviso que luego sea negativo a no avisar cuando oyen algo que pueda ser significativo.
Preferimos ir y comprobar, a que la persona se quede luego con la carga de conciencia de haber podido evitar una agresión o incluso un asesinato.
Todos nos implicamos porque la víctima lo es de su agresor, pero realmente ese agresor está dañando a toda la sociedad.