La asociación Proyecto Burruticas de Abarán, que organiza cada fin de semana actividades didácticas de senderismo con burros en la localidad, ha sido premiada en la XXVIII edición del Concurso de Turismo Activo, que organizan la Feria Internacional de Turismo (Fitur) y la prestigiosa publicación especializada ‘AireLibre’.
Noticia publicada en La Verdad.
El producto turístico abaranero es uno de los tres galardonados en España de más de 100 presentados, junto a uno de descenso en kayak del río Miño y otro de experiencias en bicicletas de montaña en Aragón.
El matrimonio formado por Emilio Pascual y María José Redondo, promotores desde 2015 de esta actividad, estarán el viernes en Fitur, acompañados por el director general del Instituto de Turismo, Juan Francisco Martínez, para recibir un reconocimiento. El galardón lo recibirán más adelante de manos del secretario de Estado de Turismo.
El premio supondrá un impulso para el producto turístico, pues se anunciará gratuitamente en cada edición mensual de la revista ‘AireLibre’ y esta lo difundirá a través de ‘mailing’ entre sus más de 300.000 suscriptores. La actividad consiste en una ruta de senderismo, interpretativa y didáctica, donde los asistentes interactúan con los burros guiando a estos durante el recorrido. Este arranca bajo el Puente Viejo de Abarán y llega hasta el paraje de El Menjú, en el límite con Cieza, atravesando la Ruta de las Norias y volviendo al punto de partida.
Los rucios son guiados por los adultos, a los que los miembros de la asociación Proyecto Burruticas introducen previamente en las técnicas de los arrieros. En el caso de asistir niños, montan en los animales. El recorrido dura unas tres horas y se organiza los sábados, domingos y festivos. Entre semana se hacen actividades escolares.
Esta curiosa iniciativa surgió de Emilio Pascual y María José Redondo. Aficionados a los burros, quisieron adquirir dos para criarlos, como mascotas, en su casa de la Sierra del Oro. «Pero el vendedor nos dijo que había otros diez ejemplares que iban a ser sacrificados, para convertirlos en comida para perros. Nos dio mucha pena y decidimos comprarlos todos, empleando los ahorros que teníamos para nuestro viaje de novios», afirma a LA VERDAD Emilio Pascual.
Tras dotarse de toda la infraestructura y los permisos necesarios para el mantenimiento de los animales, montaron esta actividad didáctica, que cada fin de semana cuelga el cartel de completo. Los asnos también se utilizan en terapias para niños con necesidades especiales y personas mayores «Estamos demostrando que los burros todavía tienen utilidad.
Tienen una segunda oportunidad y pueden seguir ayudando al hombre en el siglo XXI sin sobreesfuerzos ni maltratos físicos», afirma Emilio Pascual.
