
A las cuatro en punto de la madrugada, como viene haciéndose desde tiempo inmemorial, dio comienzo desde la parroquia de San Pablo la tradicional Procesión de Penitentes de la que se tienen noticias desde el siglo XVII, siendo, por tanto, la más antigua de las que salen en Abarán.

Con el estandarte de la Flagelación, hermandad depositaria de esta tradición, y dos faroles a
ambos lados y varios nazarenos como severa escolta, más de un centenar de penitentes fueron realizando el recorrido y el ritual que nos dejaron nuestros antepasados con el rezo del Vía Crucis y del Santo Rosario y con las tonadillas cantadas en cada una de las catorce estaciones y con el rezo de una estación en cada uno de los lugares de antiguos enterramientos (Solana, Era, Ermita).
Antes del comienzo del desfile, se tuvo un recuerdo para cuatro mujeres fallecidas en el último año y que participaban siempre en esta procesión: Isabelina de Arturo, las hermanas Pilar e Isabelica de Pateta e Isa de Jarras.
A las 5,30 de la mañana finalizó esta procesión que este año contó una de las mayores
presencias de penitentes desde hace años.