El tramo de la carretera RM-514 ha vuelto a reabrirse al tráfico después de la instalación de un disipador de energía de 300 metros cuadrados de malla que impedirá que los rebotes de piedras en esa zona superen en altura a la barrera de protección de la carretera.
La actuación ha consistido en la estabilización de dos taludes situados en el primer kilómetro de la vía regional mediante la instalación de 150 metros de una barrera dinámica de cuatro metros de altura de protección contra los desprendimientos de rocas.
Las obras, con un importe de 190.428 euros, resolverán los desprendimientos ocurridos en los episodios de lluvias que producían dificultades en la circulación en este tramo que une con la circunvalación y la carretera de Blanca.