Verónica Fernández y su marido sufrieron la avería en el nudo entre la A-30 y la A-7: «Había llegado la hora» Noticia publicada por La Verdad.
Verónica Fernández aún se emociona cuando cuenta lo que le sucedió alrededor de las 8 de la mañana del pasado 23 de julio cuando, junto a su marido, Miguel Ángel Rojas, se dirigía desde Cieza al Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia al presentar síntomas de un parto inmediato. Sin embargo, cuando circulaban por el nudo entre las autovías A-30 y A-7, en Murcia, el vehículo que la trasladaba, conducido por su marido, sufrió un pinchazo. La avería más inoportuna de sus vidas. «Se me encendió el testigo del neumático, no me había pasado nunca, pero la prioridad era llevar a mi mujer al hospital», explica Rojas.
Los nervios se adueñaron de ambos, aunque al poco tiempo llegó una pareja de la Guardia Civil que comprobó que la pareja que ocupaba el vehículo averiado se hallaba en una situación límite, ya que la joven estaba a punto de dar a luz. Uno de los agentes pidió la presencia de una ambulancia del 112, mientras el otro se dispuso a cambiar la rueda pinchada. «Ella estaba muy nerviosa. Creíamos que el niño iba a nacer en la autovía. Ella estaba convencida», continúa el padre de familia.
Sin embargo, los guardias civiles adaptaron el dispositivo de auxilio a la situación y tomaron la determinación de realizar el traslado ellos mismos, iniciando el recorrido con el vehículo de la Agrupación de Tráfico, a modo de lanzadera, y el vehículo particular, ya reparado, conducido por el otro guardia civil y ocupado por la joven parturienta y a su pareja.
A pesar de todo, Álvaro no nació ese día. A Verónica la mandaron poco después a casa. El pequeño llegó al mundo, sano y salvo, pero siete días después. «La matrona me dio entre el 22 y el 26 de julio, por eso estábamos convencidos de que había llegado la hora». Álvaro ya se encuentra en casa conviviendo con sus padres y sus dos hermanos. Sus padres le contarán esta historia y el pequeño la contará como parte de su prehistoria.