No todos los pueblos tienen un patrimonio inmaterial (ritos, costumbres, tradiciones..) tan rico y abundante como el que tiene el nuestro, pues nuestros antepasados nos transmitieron muchas manifestaciones tradicionales que, en gran parte, solo se llevan a cabo en este rincón del Valle. Y es nuestra obligación el transmitirlas a las generaciones que vienen detrás.
Pero, para ello, hace falta, en primer lugar que nos lo creamos y, en segundo lugar, que lo valoremos, actitudes que no siempre observamos.
Video entrevista a cargo de José S. Carrasco, al concejal de Tradiciones en el colegio Fahuarán
Pues una de estas tradiciones que, además, es casi exclusivamente nuestra, es la de simbolizar el hecho de que la Cuaresma llega a su mitad (jueves después del tercer domingo de Cuaresma), colocando en los balcones o ventanas o en la calle unos muñecos que, seguramente, representarían una cierta alegría o mofa al ver que ya hemos pasado la mitad de este tiempo de penitencia.
Esta tradición aquí nunca se ha perdido pues siempre ha habido cinco o seis familias que la mantenían. En otros lugares de la Región (Villanueva o la pedanía abanillera de El Cantón) sí que se había perdido y ahora la están potenciando y resucitándola.
Aquí, gracias al trabajo de las Amas de Casa, de los colegios, del Centro de Estudios Abaraneros, y con el apoyo de la Concejalía de Tradiciones, estos tres últimos años se le ha intentando dar una gran repercusión.
Y detrás de esto, hay personas concretas, como Araceli, Maruja de Piti, Nefertari, PIlarin Plaitera, Mª Angeles Bastida, Pilar Villalba, Elena del Nenico, Maria Isabel de Cascales.. que han dejado la comodidad de sus casas para dedicarle horas y horas a construir muñecos y, además, de gran originalidad. Un gran ejemplo para nuestra sociedad en la que este desprendimiento no es demasiado frecuente.
Junto a ellas, también algunos maestros/as de colegios y miembros del AMPA también han colaborado en mantener vivo algo tan nuestro.
Hay que decir que no solo con estos muñecos se busca mantener lo nuestro sino también tener una “excusa” para durante un fin de semana darle algo de vida al pueblo, y por ello el sábado habrá muñecos, mercadillo, charanga, comparsa…en la Ermita, algo que contribuirá a revitalizar nuestras calles.
Por todo ello, hay que llamar a la participación y, sobre todo, a tener una actitud de ilusión y colaboración, y no de derrotismo, para, entre todos, ir levantando este rito que estaba casi perdido. Cuando observamos que hay costumbres que no son nuestras, que vienen incluso de otros países, y que no son, desde luego, más bonitas que lo nuestro, y que tanta gente se vuelca en potenciarlas y tantas horas se dedican a su preparación y desarrollo, caemos en un cierto desaliento aquellos que defendemos el mantenimiento de nuestra identidad como pueblo, aunque, a pesar de todo, siempre hay, y cada vez más, gente que se esfuerza y se ilusiona trabajando por lo nuestro, que no es mejor ni peor que lo de fuera, pero es LO NUESTRO
JOSE S. CARRASCO MOLINA