Solo hay una palabra que puede definir lo vivido anoche en el Teatro Cervantes: Extraordinario . Así puede resumirse el espectáculo con el que la compañía Amigos del Arte volvió a conquistar al público, que llenó por completo el coliseo abaranero, para disfrutar de la antología “Entre Nardos y Claveles”.
La representación destacó por su dinamismo, colorido y frescura. Un escogido repertorio de romanzas de zarzuelas, copla y cuplé llenó el escenario, acompañado de una puesta en escena impecable que logró que un público entregado participara y disfrutara de cada minuto del espectáculo.
Resulta difícil destacar a un solo artista en un reparto equilibrado y de enorme calidad, encabezado por la soprano María Rodríguez, que volvió a brillar con su profesionalidad y dominio escénico. Junto a ella, el barítono Pablo Rossi, el tenor Quintín Bueno, los bailarines Luis Ortega y Celeste Cerezo, así como nuestra paisana Chari Carrillo, dieron vida a una noche inolvidable.
El Coro de Amigos del Arte y Amigos de la Zarzuela, acompañados por la Orquesta Sinfónica del Valle de Ricote bajo la batuta de Víctor Cano, elevaron al máximo el nivel artístico, situando una vez más al Teatro Cervantes a la altura de los grandes escenarios de España.
El público, puesto en pie y aplaudiendo durante varios minutos, despidió este penúltimo acto del 40º Aniversario de los Amigos del Arte, que culminará el domingo 16 con la proyección de la película Tiempo de Zarzuela.
Al término del espectáculo, Jorge Tornero agradeció al Ayuntamiento de Abarán y, especialmente, a la concejala de Cultura Penélope Luna, su colaboración e implicación para mantener viva la zarzuela en el municipio. Asimismo, dedicó unas palabras a cada miembro del coro por su esfuerzo y constancia durante los ensayos, clave para que el montaje alcanzara tan alto nivel.
Desde estas líneas, solo cabe dar las gracias a la compañía Amigos del Arte y, muy especialmente, a su presidente Jorge Tornero, cuya entrega vuelve a hacer posible que Abarán disfrute de espectáculos de primera categoría y de momentos tan memorables como el vivido anoche.
