Después de varios intentos, cerca de un centenar de personas conocidas popularmente como los “Jacas” se reunieron este sábado para compartir una comida muy especial. El encuentro sirvió para rendir homenaje a una familia marcada por la unión, la sencillez y el cariño, y para sentar las bases de una cita que aspira a consolidarse en el calendario anual.
Aunque el apodo de Jaca se remonta antaño a la tatarabuela, conocida como “Jaca de Blanca”, fue en Abarán donde el nombre se afianzó gracias a sus tres hijas: Pura, Carmen y Gloria. Tres mujeres fuertes que formaron sus familias en el municipio y dieron lugar a una amplia descendencia que hoy mantiene vivo el apodo y los valores que las caracterizan: humildad, sencillez, buen humor, cercanía y calidad humana.
En esta primera gran reunión estuvieron representadas cuatro generaciones, recordando también con cariño a los tíos y tías que ya no están. El ambiente estuvo marcado por la emoción, el recuerdo y la alegría de reencontrarse, poniendo la primera piedra de lo que promete ser una tradición familiar inolvidable.
Desde la familia “Jaca” han querido desear un muy buen año próximo a todo el mundo y expresar su deseo de poner pronto fecha a la siguiente celebración.
¡Viva Abarán, viva el Niño Jesús y vivan los Jacas!

















