El pasado miércoles tuvo lugar en la biblioteca Don José Vargas Gómez otro de los actos incluidos en la programación ofertada por la concejalía de Mujer e Igualdad de nuestro Ayuntamiento para conmemorar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y consistió en una charla a cargo de Manuela Caballero, del Centro de Estudios Fray Pascual Salmerón de Cieza, sobre las mujeres inventoras.
Antes de esta charla la concejala de la Mujer, Leticia Yelo, leyó el manifiesto institucional de este día.
A continuación, la ponente ciezana comenzó su intervención hablando de la oscuridad en la que se habían movido las mujeres desde los primeros siglos, lo cual no quiere decir que no hayan sido capaces de adentrarse en el mundo de la tecnología.
La primera mujer a que se refirió fue María la Judía, del s.I-II después de Cristo que era inventora, profetisa y alquimista y a la que se debe, entre otras cosas, la técnica del baño María. Tras ella se refirió a Hipatia de Alejandría, ya del siglo IV d.de C.
Comentó la dificultad de las mujeres para el acceso a la educación como un factor negativo para el dominio de la tecnología y, ya en el siglo XX, comenzó con las primeras inventoras estadounidenses que patentaron instrumentos como el limpiaparabrisas, los pañales, el sujetador o el tipp-ex.
Posteriormente dio un salto a Europa refiriéndose, entre otras, a la francesa Madame Clicquot, madre del champàn y a María Montesori, que creó un método revolucionario en la enseñanza.
Acabó centrándose en España señalando como la precursora a Fermina Orduña que inventó un carruaje para el ganado en 1865. Ya en el siglo XX se patentaron por parte de mujeres una rueda para la fabricación del calzado o un bidòn de aluminio o maquinaria textil….
Pero la última referencia fue para una abaranera, Amalia Castaño “de Cachucha” (1891-1964), viuda de Josè Templado, que tuvo que hacerse cargo, a la muerte del marido, del Molino de Papel, la Leva, un gran complejo industrial donde se trabajaba el papel, el esparto y la madera. Ella demostró ser una mujer fuerte y patentó en 1952 un “envase de madera perfeccionado” cuya novedad estaba en la solidez y rapidez de montaje.
Tras la semblanza de nuestra paisana se refirió al futuro con optimismo pues es cada vez más elevado el porcentaje de mujeres que registran patentes, lo que demuestra que la mujer no está reñida con la tecnología.
