Mereció la pena. Así de sencillo y de simple podemos resumir el balance de este Encuentro que con muchos/as abaraneros/as que viven fuera de nuestro pueblo tuvo lugar el pasado sábado 23 de septiembre. Y, aunque solo hubiera sido por la emoción con que muchos de ellos se reencontraron con paisanos/as que estaban sin ver muchos años, ya solo por eso hubiera merecido la pena todo el trabajo con que se preparó este evento.
Lógicamente, el éxito de este día estaba, en primer lugar, en que hubiera una respuesta amplia de aquellos a quienes iba dirigido y la verdad es que superó nuestras expectativas pues unos ochenta paisanos/as acudieron a la cita, y si el número fue importante, mucho más lo fue el ambiente de sana camaradería, de entrañable convivencia desde que se produjo la bienvenida en el Ayuntamiento hasta que llegó el momento de la despedida.
El Salón de Plenos estaba lleno y en él, con los hombres ilustres enmarcados en la pared como testigos, tras darle la obligada bienvenida, definí a estos abaraneros/as como “el cuerpo diplomático de Abarán” pues son embajadores allá donde viven, ya que divulgan y extienden el nombre de este pueblo y sus cosas y paisajes y tradiciones en los lugares en los que residen, ya sea en Melilla o Almería o Valencia u Orihuela o Elche o Alicante o Madrid o cualquier punto de la Región de Murcia, pues estas son algunas de las procedencias de los asistentes.
El alcalde, que acogió desde el principio de buen grado la iniciativa al igual que las concejalías de Tradiciones y de Festejos, afirmó que “celebramos aquello que nos une” e hizo referencia a esa capacidad de elevar el agua que se demuestra en nuestras norias o el Motor Resurrección, para llamar a todos a colaborar a elevar el pueblo a cotas de gran altura.
Una primera foto de grupo con Eladio y Cirila de fondo en la Plaza del Ayuntamiento. Después subida a la ermita donde ya ese reencuentro se fue haciendo más estrecho.
Al entrar en la ermita sonó el Himno a los Santos Médicos que muchos estaban años sin oír y que les traía recuerdos de épocas lejanas en el tiempo.
Tras el himno, saludo del párroco D. Miguel Ángel Saorín, un ciezano que afirmó que “desde el minuto uno me siento abaranero”. Después dos interesantes y emotivas intervenciones de Álvaro Carpena, Pte. del CEA, y de Pedro Augusto García, un embajador de Abarán en Madrid. Fue realmente delicioso oírlos pues consiguieron transmitirnos un interesante contenido con una forma y una expresión que conquistaron a todos. Después segunda foto de grupo.
La tercera etapa tuvo lugar en el CIMA y allí se les mostró el museo que la mayoría no conocía y se visionaron dos videos sobre este pueblo, para dar paso a una comida en la que, como plato principal, estaban las vivencias y los recuerdos de otros tiempos ya lejanos de escuela, de paseo, de diversión,…..que se intercambiaron sin cesar.
Al acabar, animé a brindar con unos sencillos versos que reproduzco pues muchos me lo pidieron:
Habéis venido hasta aquí
en las fiestas Patronales
para que nuestros Patronos
ahuyenten todos los males.
Y, aunque vivís ahora lejos,
incluso en el extranjero,
decid a los cuatro vientos
“Yo soy muy abaranero”.
Decid que aquí en vuestro pueblo
al llegar el seis de enero,
se besa un Niño pequeño,
al que anuncia un animero.
Decid que en Semana Santa
el día de Resurrección,
una Plaza entera vibra
de alegría y emoción.
Que cuando la Virgen pierde
el manto negro de duelo,
vuelan cientos de palomas
que colorean el cielo.
Y decid que aquí septiembre
de fiesta el pueblo salpica
y que acudimos devotos
al son de una campanica.
Y que tenemos zarzuela,
gigantes, toros, verbenas,
y así comienza el otoño
sin llanto, duelo ni penas.
Y decid que aquí cuidamos
con mimo cada bancal,
que tenemos cuatro norias
y la presa del Jarral.
Y decid que hemos jugado
en Segunda División
y que hicimos la proeza
del Motor Resurrección.
Y decid que aquí tenemos
un paisaje incomparable,
el paseo de la Ermita,
tan cálido y entrañable.
Y ya para terminar
esta jornada exquisita,
vamos todos a brindar
porque llevéis Abarán
más allá de la Garita.
Y llegó ya el momento de decir adiós y costó despedirse pues habían sido unas horas realmente muy entrañables para todos/as y una jornada tan especial que suscitó después el agradecimiento de muchos con palabras como estas:
“Vimos amigos de toda la vida que hacía más de 50 años que no veíamos y creo que es algo necesario para seguir teniendo contacto”.
“Un día para no olvidar…todo fue maravilloso con una organización perfecta”
“Felicidades por el acto, emotivo y muy bien organizado”
“Felicitaros por el éxito de este evento que no solamente me ha encantado si no que en algunos momentos me ha emocionado”
“Gracias por el día tan maravilloso que pasamos ayer. Estuvo todo tan bien organizado y fue tan emotivo que me daba pena que se acabara”.
Pues, como todo en la vida, este evento se acabó, pero queda el recuerdo, el rescoldo de emociones y recuerdos que se sintieron e intercambiaron. Por ello, por todo ello, mereció, y mucho, la pena.
JOSE S. CARRASCO MOLINA
CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA.