Es esta una procesión que comienza de una forma muy sencilla con solo dos imágenes allá por el año 1956, año en el que fue donada al pueblo la imagen de la Virgen de la Esperanza por la familia abaranera de los Cobarros que vivían en Alcantarilla y de la que era camarera Esperanza Templado, madre de don Antonio Yelo.
Video del sentido homenaje
Don Juan Sáez quiso que en este desfile la Virgen fuera acompañada por las mujeres que trabajaban en los almacenes, por eso se le conocía como la procesión de “las obreras” y es que, como luego hará con los albañiles y el sector de la madera, él buscaba relacionar los gremios profesionales con las Hermandades. En principio, el desfile salía y llegaba a San Pablo hasta que, en marcha ya la parroquia de San Juan Bautista, la salida era y sigue siendo desde allí.
En la actualidad, junto a Nuestro Padre Jesús y La Virgen de la Esperanza figuran las imágenes del Beso de Judas de la Hermandad de la Flagelación y la de Santiago a cargo de la Hermandad de San Juan Evangelista.
Este año transcurrió con gran devoción y un nutrido grupo de participantes tanto dentro del desfile como en las aceras de las calles por las que discurrió, llegando sobre las doce al atrio de San Pablo donde finaliza la procesión.
En ese momento final, tuvo lugar, tras el canto del Stabat Mater y a iniciativa de la Hermandad de la Virgen, un recuerdo emocionado a Leonardo Gómez Molina, andero de esta Hermandad y fallecido el domingo 26 de marzo de manera repentina a los 50 años, sumiendo a la familia, a la gran cantidad de amigos/as de que disfrutaba y a todo el pueblo en un profundo sentimiento de tristeza y desolación por las cualidades humanas que atesoraba, entre ellas, su capacidad para transmitir alegría a lo demás. Frente a la imagen de la Virgen se interpretó por anderos y coro una versión de La Muerte no es el Final, momento que salpicó de emoción y hasta de lágrimas a todos los que llenaban el atrio en ese final de la procesión.
