José S. Carrasco, Cronista Oficial de la Villa, plasmó a través de la web de Radio Abarán, un más que interesante artículo sobre el vibrante pregón de Semana Santa que ofreció el pasado domingo, Pedro Peinado Rocamora en la iglesia de los patronos, San Cosme y San Damián.
Con una Ermita repleta , Pedro Peinado pregonó este domingo, 17 de marzo, la Semana Santa de este año 2024 en un acto que estuvo presentado de forma brillante y dinámica por Andrés Molina, andero de la Hermandad de las Siervas de María.
Muy difícil encontrar adjetivos adecuados para calificar el pregón de Semana Santa que este domingo, 17 de marzo, se pronunció en la Ermita; tal vez acertara el alcalde cuando en su intervención al final del acto, lo calificara como “veraz y valiente”.
Lo cierto es que Pedro Peinado, pregonero de la Semana Santa abaranera de 2024 emocionó al público que llenaba el templo y al mismo tiempo, él también se emocionó pues sintió desde lo más profundo de su alma cada una de las palabras, arracimadas en versos, que configuraron un pregón que, sin dudas, será difícil olvidar para los que, entre extrañados y admirados, lo estábamos escuchando, sin parpadear y sin poder pensar en otra cosa, pues la tensión “dramática” que envolvió su intervención no cesó ni un solo momento.
Un pregón así de vibrante no se elabora solo con palabras más o menos bonitas, bien distribuidas y seleccionadas, sino que, como afirmó el sacerdote don Felipe, “por encima del conocimiento nos has desvelado la fe que tienes”.
Pues esa fe, basada en un conocimiento profundo del Evangelio y de los misterios de nuestra religión, la demostró el pregonero presentándonos una acuarela tremendamente sugerente formada por cientos de pinceladas de los colores más diversos y que dibujaban con gran acierto lo que significa la Semana Santa en el orbe cristiano y su expresión en este pueblo, con sus momentos, detalles y rasgos característicos.
Y todo ello, no solo diciéndolo, sino, sobre todo, sintiéndolo y haciéndolo sentir a los asistentes que se vieron también inmersos en ese “drama” de pasión, muerte y esperanza que describía con tanto ahínco Pedro Peinado desde un altar en el que, excepcionalmente, estaban situadas dos figuras importantes en esta Semana, la Verónica y San Juan.
Imposible hacer un resumen de todo el contenido de este pregón, pues abarcaría tanto como el propio pregón, ya que todo era importante en ese recorrido por el que transportó al auditorio desde la cuaresma hasta la tercera reverencia en la Plaza Vieja. Por cierto, maravillosa la descripción de cada una de la tres reverencias, “quietos los de atrás, los de delante, la vara al suelo…”. Sin saberlo y sin imaginarlo, todos nos transportamos desde la Ermita a la Plaza Vieja en un momento y sentimos la alegría del manto blanco y la suelta de palomas.., todo por obra y gracia de la palabra y la pasión del pregonero.
Pregonero que, aunque desde los 27 años, está enrolado entre los anderos de la Virgen, influenciado, sin duda, por su tío Antonio, uno de los mayores enamorados de nuestra Semana Santa, antes perteneció a la Flagelación a los seis años y a la Samaritana a los 14. No obstante, por encima de colores y cofradías, ya desde el principio se definió de manera rotunda, “Soy de Jesús y de María y de la Semana Santa de Abarán”.
Llamó al respeto, a la vivencia auténtica de estos misterios, a no olvidar que además de lo que se vive en la calle, hay que vivir la liturgia en la iglesia, dentro del templo.
Habló de los mayores como “los primeros hijos de Dios”, apeló a despertarnos en esta sociedad dormida, recordó a las dos mujeres más importantes de su vida, su madre y su esposa, y tantos y tantos detalles que desde el corazón y la palabra nos iba desgranando en una hora, una hora intensa, una hora completa, una hora indefinible.
Al final, aplausos y felicitaciones unánimes para este profesor de Matemáticas, tan innovador que ha cosechado diversos premios por su tarea docente; para este estudioso tan reputado de la Sábana Santa que se ha hecho un hueco entre los mejores investigadores internacionales; para este abaranero que, discretamente, sin hacer mucho ruido, colabora con su pueblo y ha sido capaz hace unos meses de traer hasta aquí dos acontecimientos de singular relevancia.
Nada mejor que finalizar esta crónica de la misma manera con la que a las 13,45 horas, después de un derroche de fe, de palabras y de emociones, finalizó Pedro Peinado su inolvidable pregón: PALABRA ES PASIÓN.
JOSE S. CARRASCO MOLINA
CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA