La historia de Hugo, un niño talaverano con síndrome de Down que lucha contra la leucemia, ha conmovido a su entorno y ha despertado gestos de solidaridad cargados de fe y cariño. En los últimos días, el pequeño ha recibido dos láminas de especial significado espiritual: una del Niño Jesús de Abarán y otra de los Santos Médicos, junto a una medalla de los patronos, ambas bendecidas por el párroco de San Pablo, don Miguel Ángel Saorín.
La entrega de estas imágenes religiosas no es un simple detalle material. En la tradición popular y en la fe católica, portar una estampa o una lámina bendecida se entiende como un acompañamiento espiritual y un recordatorio de la esperanza en medio de la enfermedad.
El Niño Jesús de Abarán, muy venerado en la localidad, simboliza la pureza y la protección divina. Por su parte, los Santos Médicos, San Cosme y San Damián, patronos del municipio, son figuras históricas del cristianismo conocidas por su dedicación al cuidado de los enfermos.
La bendición realizada por don Miguel Ángel Saorín, párroco de San Pablo, dota a estas imágenes de un valor añadido para la familia de Hugo, que recibe este gesto como un apoyo espiritual en un momento de gran dificultad.
El caso de Hugo refleja cómo la fe, las tradiciones y la solidaridad pueden convertirse en pilares de fortaleza, especialmente cuando se trata de un niño que enfrenta una dura batalla contra la enfermedad. Los cuadros recibidos son, en definitiva, un símbolo de acompañamiento y un recordatorio de que no está solo en su lucha.
La madre del pequeño, junto al protagonista de esta historia, han grabado un video de agradecimiento a Abarán en general y a don Miguel Ángel y a Ana Molina, artífices de esta donación, en particular.

Afrontar un tratamiento para luchar contra el cáncer infantil es un procedimiento muy duro. En los casos con discapacidad, la dificultad es mayor. Los niños con síndrome de Down son mucho más vulnerables a los tratamientos convencionales.
Muchos padres que se enfrentan a esta terrible situación piden nuevos protocolos para que sus hijos puedan afrontar la lucha con menor riesgo. La discapacidad de Hugo marca en la leucemia a la que se enfrenta. Su madre habla del efecto que tiene el tratamiento en el pequeño: “Como tiene Síndrome de Down su cuerpo no responde igual que un niño que no tenga esta patología.



















