Intentando buscar la palabra adecuada para definir el acto organizado por la Asociación “El Tío Pajero” el 12 de septiembre para presentar su cartel y nombrar al pregonero de honor de este año, que recayó en mi persona, no encuentro otra mejor que la de ENCERRONA.
Porque lo de nombrarme Gigantero, algo que nunca agradeceré bastante, sirvió también para hacerme una demostración de reconocimiento y cariño que nunca esperaba y seguramente tampoco lo merecía.
Detrás de todo, mi primo, el ingenioso Pepe Beato o Palomo Cojo, mi hermana Carmen, casi tan sopera como yo, la eficiente María Luisa, el entrañable Piti y el siempre dispuesto Álvaro Carpena y, también en secreto mi hijo Quique, sin olvidar a Raúl, Mari Carmen y todo el personal del CIMA. Y, en la distancia, el “motor inmóvil”, el que desde su casa mueve los hilos para que nada falle, Miguel López, quien me dispensa un cariño que agradezco de corazón.
Ya él me había dado unos días antes un pequeño “toque” recomendándome que me tomara un tranquilizante porque habría alguna sorpresa, pero nunca yo podía imaginar la dimensión de la sorpresa.
El acto se desarrolló en el Salón Teatro Guerrero que se llenó hasta la bandera, unas 350 personas. Yo iba viendo la avalancha de gente que entraba y lo atribuía a la capacidad de convocatoria de los giganteros, que es mucha. Pero había gente “rara” que yo no esperaba, como el cronista de Villanueva, los investigadores ciezanos Pascual Santos y Manuela Caballero, mi excompañero Paco Escribano, o mis amigos Amparito y Antonio del Cine que me habían dado la enhorabuena por wasap pero sentían no poder venir pues estaban en la playa. Y otras gentes que no eran asiduos a este tipo de eventos. Pero, a pesar de estas pistas, yo, ingenuo, no preveía nada raro.
Y el evento comenzó con normalidad. Mi primo trató sobre el valor del cartel de este Encuentro dibujado por un joven de Monóvar, Mario Carrión quien mostró su sentir de gigantero y el cariño que siente por el Encuentro de Abarán, al que nunca falta. Tras ello, siguiendo el guion, glosó los valores del Gigantero definiéndome como “hombre de poco talle pero mucha talla” y destacando mi carácter de hombre de paz, mi amor por este pueblo, mi devoción a los Santos Médicos y mi pasión por la ermita.
Por mi parte, hice mi intervención de agradecimiento por el nombramiento que para mí fue motivo de gran emoción pues con esta Asociación apenas he colaborado y, a pesar de ello, me regalan este reconocimiento. Recalqué la importancia de este grupo de giganteros y expliqué que “Una de las razones de su éxito está en que ese grupo de primeros entusiastas de una edad ya madura, en lugar de los verbos figurar, destacar, sobresalir, aprendieron muy bien a conjugar un verbo que en Abarán se conjuga poco y es el verbo AGLUTINAR, es decir, atraer esfuerzos, unir voluntades, formar equipos”.
Para acabar y para corresponder al regalo de estos Giganteros, yo les hice un regalo hecho en 14 versos, un soneto:
Cuando septiembre declina en el Valle
y el tímido otoño ya quiere asomar,
el alma de un pueblo empieza a vibrar
cuando los Gigantes salen a la calle.
Grandiosas figuras de muy largo talle,
de aspecto elegante y pausado andar,
con música alegre que invita a bailar,
hacen que la gente de júbilo estalle.
GIGANTESCO vuestro sentir de giganteros,
GIGANTESCO vuestro ímpetu y afán
que os ennoblece como abaraneros,
GIGANTESCO vuestro esfuerzo de titán,
GIGANTESCO vuestro ardor de aventureros,
GIGANTESCO vuestro amor por ABARÁN
Entregué un cuadro con este soneto y el diseño de Piti a los Giganteros, a Miguel López y a Penelope Luna, como concejal de Cultura.
El alcalde intervino para glosar la importancia de este festejo y se refirió a la importancia de aglutinar para mejorar la sociedad.
Con esta intervención debería haber acabado el acto y luego todos al ágape, por gentileza del Grupo Europa siempre. Eso era lo lógico.
Pero las luces de la sala no se encendían y es que ya empezaban las sorpresas. Y veo subir al escenario a mi hijo mayor, Quique, que, con un buen dominio de la palabra y siendo testigo de lo que ha sido mi vida volcándome con las cosas de mi pueblo y dejándolo todo por ello, me definió destacando mis orígenes en la calle del Asilo, mi devoción por los santos, mi colaboración con gentes de todos los colores, mi apego a la señorita Ordóñez… y anunciando en el final que me va a hacer abuelo. Emotiva la filial intervención.
Yo, aún ingenuo, pensaba que esta sería la sorpresa, pero las luces no se encendían. Y es que la cosa seguía y me encuentro nada menos en la pantalla con mi vecino de infancia Ceferino, el hijo del Niño de la Rosa, quien con su vehemencia y sinceridad, me pone por las nubes diciendo entre otras cosas que si yo gobernara no habría guerras ni enfrentamientos…¡qué emoción escuchar sus palabras!.
Pero luego viene otra intervención desde la distancia, y otra, desde mis amigos José David o Pedrito o mi querido primo y ahijado Emiliano hasta mi excompañero Paco Escribano, o mi colega y amigo cronista Josè Antonio Melgares, y desde más lejos nada menos que nuestra Amalia Gómez, en estos días en Málaga, o la gran mezzosoprano María Josè Montiel en Berlín o el inconmensurable poeta Luis Alberto de Cuenca desde Madrid…..para acabar dando fe de todo el juez de paz don José Gil. Yo no me lo creía. ¡Cuánto tiempo y trabajo habrá costado todo este montaje!…No me merecía tanto, ha sido demasiado.
Pero, acabado esto, las luces siguen sin encenderse, mi primo Palomo me dice que espere. Y veo que suben al escenario Miguel y Rosita que tanto cariño me profesan. Y me convocan para que suba pues hay otro regalo para mí, el trueno gordo, nada menos que unas maravillosas tallas en pequeño de los Santos Médicos…..ya la emoción no podía contenerse y estalla cuando los componentes del coro, que “casualmente” se habían colocado todos juntos, entonan el Himno a nuestros Patronos….
Por fin se encienden las luces y acaba, sin duda, el evento más emotivo de mi vida, de una vida en la que, con mis defectos como humano, he procurado sembrar, estar disponible para todos y para todo, siempre con la intención de mover social y culturalmente a este pueblo, sin distinción de personas, colores o ideas. Todo ello me ha supuesto un tiempo, un sacrificio, un esfuerzo pero que con detalles como el de esta noche han merecido la pena. Gracias a todos los que lo hicieron posible.
JOSE S. CARRASCO MOLINA
GIGANTERO DE HONOR 2025
Vídeo del acto con las intervenciones también de todas las personas que se unieron a este homenaje a Pepe Jarras:
