Son buena gente estos “palpelilleros”, gente activa, ilusionada, eficaz y, sobre todo, amantes de su pueblo por el que han hecho algo muy importante y es resucitar algo que había desaparecido y que era, en los años 60, 70 y 80, el festejo más atractivo, el que más interés concitaba en el nuestro y en los pueblos de alrededor, la Batalla de Flores.
Y este jueves 8 de septiembre, en una Sala Adolfo Suárez a rebosar, presentaron el cartel anunciador del desfile de este año, cartel obra de José Joaquín Yelo, “Zipi” de quien se destacó su disponibilidad para todo lo que se le necesita y que descubrió y firmó su obra que, además del valor artístico, tiene también un gran valor emotivo pues es una composición realizada sobre una fotografía de Isa con atuendo de payaso participando en las carrozas, pues ella fue una de las fundadoras de esta peña y de las principales impulsoras, algo que destacaron los mantenedores del acto, Juan e Inés, que comenzaron rememorando el acto del pregón del pasado año que fue una experiencia inolvidable y mostraron el agradecimiento a todos los que apoyan sus iniciativas destacando que su pretensión es inundar de colores y de alegría el pueblo cada año.
Fue un acto sencillo y sentido en el que estuvo sobrevolando siempre el recuerdo de Isa, a cuya familia se le entregó un detalle conmemorativo y una reproducción del cartel anunciador.
Como hermano de ella, se me invitó a tomar la palabra, lo cual aproveché, en primer lugar, para agradecer, como abaranero, el trabajo de estos “palpelilleros” que ha dado su fruto haciendo realidad de nuevo algo muy nuestro, un festejo lleno de colorido y de sonrisas pues no hay nadie que lance los papelillos sin una sonrisa en su rostro, animándoles, por mi parte, a que no se desanimen y que mantengan siempre el buen gusto y la elegancia que siempre ha caracterizado a este festejo. Festejo al que Isa estaba muy ligada pues, participando siempre en todo lo que fuera fiesta, sentía la de los papelillos con una ilusión especial, disfrutaba viviéndola y haciéndola vivir a los demás, por lo que seguro que su recuerdo seguirá vivo mientras se escuche un cohete o resuenen los olés en los toros o procesionen los Patronos o haya una bolsa de papelillos para lanzar.
Con un emotivo brindis acabó este emotivo acto que es el preludio para esa Batalla de Flores que inundará nuestras calles de colorido y de alegría el próximo uno de octubre.
JOSE S. CARRASCO MOLINA
