El Teatro Cervantes volvió a vibrar anoche con la representación del Auto del Prendimiento y la Bocina, una obra que ha dejado una marca indeleble en Abarán. Foto Piti.
Desde su última representación en 2019, diversos avatares, desde la pandemia de Covid-19 hasta el trágico fallecimiento de Joaquín Fernández Barranco, han impedido que esta venerada obra volviera al escenario del Cervantes. Sin embargo, anoche marcó un esperado retorno, con el público ávido de revivir las intensas emociones que solo esta representación puede ofrecer.
El Auto, basado en el libreto de D. José Gil García comenzó con la icónica llegada de la Bocina al Teatro Cervantes, aunque esta vez se vio alterada por la lluvia que impidió su tradicional recorrido. Aun así, el grito inconfundible de «Muerte al Nazareno», proferido por el Centurión Longinos, encarnado brillantemente por Pascual Ortega, resonó en el aire, marcando el inicio de una noche llena de drama.
Sobre las tablas, D. José Gil, con su maestría teatral, nos llevó en un viaje a través de los años, recordando a aquellos miembros del elenco del Prendimiento que ya no están entre nosotros pero cuyo legado perdura en cada representación. Un momento especialmente emotivo fue cuando recordó a figuras como Morcillo, Ezequiel, José Antonio ‘El Pajero’, Joaquín y Pilar, afirmando que más que sentir dolor por su ausencia, se sentían afortunados por haber compartido momentos con ellos.
La voz del párroco de San Pablo, D. Miguel Ángel Saorín, resonó en el teatro, recordando el profundo significado religioso que subyace en esta escenificación de la pasión de Jesús de Nazaret, un recordatorio conmovedor de la trascendencia espiritual que impulsa esta representación.
La noche también estuvo marcada por el estreno de nuevos talentos y la redistribución de roles dentro del elenco. Junto a los actores ya reconocidos y habituales, como Jesús Vicente Bru en el papel de Jesús de Nazaret, José Antonio Ros como Judas, Jesús Cobarro interpretando a José de Arimatea, Ricardo Carrillo personificando magistralmente al demonio, Juan Carlos Molina como Poncio Pilatos y María Molina como Prócula, se sumaron nuevas caras que aportaron frescura y vigor a la representación.
Entre estos destacan Pablo D. Cutillas, quien asumió el rol de San Pedro con notable destreza, así como Hugo García y Daniel Delgado, quienes brillaron como San Juan y Santiago el Mayor respectivamente. La figura de Barrabás cobró vida en la actuación de Miguel Gómez, mientras que Elena Carrizo capturó la esencia celestial en su interpretación del Ángel.
Destacable fue la actuación de Carlos Justo Gómez como Caifás y Guillermo Guillén como Anás, quienes brindaron una profundidad convincente a sus respectivos roles, elevando el nivel de la representación a nuevas alturas.
También muy convincente fue la actuación de los escribas y el criado del Sanedrín ante Caifás , quienes dotaron a sus diálogos de una mayor profundidad y desarrollo, enriqueciendo así la trama y la interacción entre los personajes.
Es importante destacar el impecable trabajo de dirección escénica a cargo de Elsa María Gómez, cuya visión creativa dio vida a cada escena con maestría. El equipo de regidores, compuesto por David Sánchez y Jesús Gómez, desempeñó un papel fundamental en la coordinación y fluidez de la representación, asegurando que cada momento se desenvolviera sin contratiempos.
Por último, pero no menos importante, la labor de iluminación y sonido a cargo de Pepe Cano merece un reconocimiento especial, pues contribuyó a crear la atmósfera adecuada para cada escena, realzando así la experiencia teatral en su conjunto.
La noche fue un tributo a la pasión y el compromiso de un grupo de actores aficionados que, con esmero y dedicación, lograron transmitir la emotividad y el poder de las últimas horas de Jesús de Nazaret. Con un vestuario cuidadosamente diseñado y una puesta en escena cada vez más pulida, el Auto del Prendimiento y la Bocina continúa cautivando a su audiencia, año tras año, demostrando que su impacto trasciende el mero entretenimiento teatral para convertirse en un evento cultural y espiritual imperdible en la vida de la comunidad de Abarán.
Vídeo de la representación:
