La víctima de una brutal paliza que le provocó la extirpación del bazo a manos de su expareja hace dos años en Cieza, ha declarado este pasado miércoles en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial. La mujer, visiblemente afectada, ha relatado cómo el acusado la controlaba y aislaba, impidiéndole incluso hablar con su familia.
Una relación marcada por los celos y la violencia.
La pareja se conoció en 2021 y, si bien al principio todo era normal, la relación se tornó rápidamente conflictiva. El acusado, según la víctima, se volvió cada vez más celoso y controlador, prohibiéndole salir con amigos y familiares e incluso quitándole el móvil para que no pudiera comunicarse con nadie.
El calvario llegó a su punto álgido una tarde de febrero de 2022. Tras una discusión, el acusado le quitó el teléfono a la víctima y ella, presintiendo que la situación podía ir a más, salió de la casa y buscó refugio en un bar. Desde allí, llamó a un conocido para que la recogiera.
Lo que ocurrió después ha sido calificado por el fiscal como un acto de «violencia extrema». El acusado la golpeó brutalmente, causándole graves lesiones que la llevaron a perder el bazo y necesitar una prótesis en el páncreas.
Petición de 19 años de cárcel.
El procesado, de nacionalidad paraguaya, se enfrenta a una petición de 19 años de cárcel por delitos de detención ilegal, lesiones graves y coacciones. Cabe destacar que ya había sido condenado con anterioridad por amenazas en el ámbito de la violencia de género.
El testimonio de la víctima ha sido clave para esclarecer los hechos y poner de relieve la gravedad de la violencia machista. El juicio, que se prolongará durante varios días, determinará la responsabilidad del acusado y la pena que deberá cumplir. En este caso, se ha modificado el orden de las declaraciones para que el acusado sea el último en testificar. Esta decisión, poco habitual, ha sido solicitada por la defensa y aceptada por la titular del tribunal.
Este caso es un ejemplo más de la lacra de la violencia machista que sigue azotando a nuestra sociedad. Es necesario seguir trabajando para concienciar sobre este problema y proteger a las víctimas.
