En la Región de Murcia, se presenta un desafío demográfico urgente que implica detener la despoblación que afecta a 16 municipios. Las estadísticas ponen de manifiesto esta problemática en ocho localidades que cuentan con menos de 5.000 habitantes, a saber: Albudeite, Aledo, Campos del Río, Ojós, Pliego, Ricote, Ulea y Villanueva del Río Segura.
Adicionalmente, hay otras ocho que han experimentado un declive poblacional en los últimos años, ya sea en su totalidad o específicamente en sus pedanías. Estas incluyen a Abanilla, Abarán, Bullas, Calasparra, Caravaca de la Cruz, Cehegín, Lorca y Moratalla.
Sin embargo, la situación se torna aún más dramática en otras localidades que han quedado completamente abandonadas. Es el caso de El Retamalejo, El Moralejo de Arriba y La Junquera. En sus inmediaciones, solo se extiende un inmenso horizonte, con escasas edificaciones que apenas dan testimonio de los cultivos que alguna vez decoraron el paisaje. Estas aldeas dejaron de albergar a sus habitantes hace décadas, si no es que siglos, y en la actualidad no son más que un conjunto de ruinas desoladas.
El último censo publicado en el Nomenclátor Geográfico de Municipios y Entidades de Población, del Instituto Geográfico Nacional, revela que en la Región de Murcia existen más de 60 aldeas completamente deshabitadas, con ninguna persona empadronada o registrada en estos enclaves urbanos.
Algunos de estos pueblos y aldeas yacen en estado de total decadencia, mientras que otros han visto cómo algunas viviendas han sido rehabilitadas, aunque se encuentran rodeadas de edificaciones abandonadas y en avanzado estado de deterioro. Son testimonios de épocas pasadas en las cuales los campos circundantes ofrecían oportunidades económicas, pero el continuo éxodo de la población rural hacia zonas con mejores servicios de salud, educación y oportunidades laborales ha llevado a que estas entidades, consideradas únicas por el Instituto Geográfico, caigan en el olvido. Según la definición del Instituto Geográfico, «entidad singular de población» se refiere a cualquier área habitable dentro de un municipio que, aunque habitada o incluso deshabitada en circunstancias excepcionales, se distingue claramente dentro del mismo y se identifica inequívocamente por una denominación específica.
