El IV Duque de Huete, Alfonso de Bustos y Donate, es uno de los pocos nobles españoles que quedan en Méjico. Durante este mes de julio está visitando el Valle de Ricote de la mano de Miguel Banegas, amigo de la Asociación Cultural «La Carraila» y también descendiente de la hidalga familia de Llamas.
Tras ser recibido en los ayuntamientos de Archena y Ojós, la jornada del jueves 28 de julio la ha dedicado a visitar las casas consistoriales de Abarán y Blanca, donde lo han atendido Jaime Tornero Ramos y Pedro Luis Molina Cano, respectivos regidores de ambas villas.
La mañana también ha servido para que los dos visitantes conocieran los encantos naturales y culturales de la zona norte del Valle de Ricote, guiados por nuestro compañero Jesús Joaquín López Moreno, quienes han recorrido la Ruta de las Norias de Abarán y visitado el Acueducto de la Noria de Corona (Cañada del Hidalgo), que antaño irrigaba la Huerta de Darrax (Blanca) y que perteneció a Francisco Javier de Molina, Marqués de Darrax, en las primeras décadas del siglo XVIII.
El Ducado de Huete tiene su origen en 1474. El título fue rehabilitado por Alfonso XIII en 1909 en la figura de Alfonso de Bustos Ruiz de Arana, abuelo del actual Duque de Huete. Aunque aquel nació y murió en Madrid, estuvo muy vinculado a Archena, realizando una gran labor en pro de la agricultura de esta villa, hasta tal punto que, en 1953, el ayuntamiento aprobó que la calle denominada «Carril Viejo» pasara a ser nombrada «Calle Duque de Huete». El II Duque de Huete desciende del ricoteño Rafael de Bustos y Llamas, Marqués de Corvera, siendo la madre del último Juana de Llamas y Molina, de la hidalga familia de Llamas, que entre sus miembros destacan Francisco de Llamas y Molina, caballero de la Orden de Santiago, y sus hermanos Sancho (gran jurisconsulto) y Pedro (mariscal de campo). Primo de estos fue el citado Francisco Javier de Molina, Marqués de Darrax, a quien se le debe el topónimo abaranero «Cañada del Hidalgo», también nombrado «Cañada de Hidalgo», «Cañada Hidalgo» o «Cañilargo», paraje visitado donde se localizan los restos de la noria fluvial que irrigaba la Huerta de Darrax.
