El vil asesinato de Juan Miguel Balsalobre, un ciezano establecido en Madrid, quien fue apuñalado en el cuello por individuos encapuchados en marzo del año pasado, fue resuelto finalmente por la Policía Nacional con el arresto de tres presuntos implicados en el crimen.
Fuentes cercanas a la investigación confirmaron que se trataba de tres supuestos miembros de una banda delictiva que aparentemente exigía a Juan Miguel Balsalobre el pago de una deuda contraída por un familiar muy cercano. De esta manera, la víctima, exitoso propietario de un negocio de restauración en la capital española, habría pagado con su vida por algo de lo cual ni siquiera era responsable.
El crimen ocurrió en la madrugada del domingo 8 de marzo de 2020, cuando este hombre de 49 años llegó en coche junto a su esposa cerca de su hogar en el barrio de San Blas en Madrid. Juan Miguel se había mudado a la capital cuatro años antes, dando un giro radical a su vida después de conocer a su pareja sentimental.
Una testigo observó a dos hombres enmascarados en la puerta de la casa, «escondidos y con capuchas en la cabeza», que habían estado esperando al menos una hora antes del crimen. Le llamó la atención que estuvieran casi completamente cubiertos dentro de un antiguo Seat León de color blanco.
El dueño del restaurante llevaba consigo una gran cantidad de dinero cuando fue apuñalado, pero los autores del homicidio no se lo llevaron. Según su testimonio, los dos sospechosos habrían estado esperando la llegada de Juan Miguel, quien esa noche cerró el bar que regentaba un poco más tarde de lo habitual. El establecimiento estaba cerca del estadio Wanda Metropolitano, donde el Atlético de Madrid había jugado un partido de fútbol esa tarde. «En los días de fútbol se llena hasta el tope», explicaron varios amigos de la víctima horas después del crimen.
Una importante suma de dinero
Juan Miguel y su pareja tenían consigo varios miles de euros, producto de una larga y agotadora jornada laboral, cuando se dirigían a casa en plena madrugada.
Al llegar, cerca de las dos de la mañana, se percataron de la presencia de dos individuos que ya se habían bajado de un Seat León blanco y los esperaban ocultos detrás de una camioneta. Juan Miguel salió del coche y vio cómo se acercaban hacia él, por lo que le indicó a su compañera que no saliera del vehículo y se encerrara en su interior. Él confrontó a sus agresores, pero estos se abalanzaron sobre él y lo asesinaron prácticamente de inmediato, apuñalándolo en el cuello.
Balsalobre, gravemente herido, entró en paro respiratorio. Poco después, llegaron los equipos médicos del Samur de Madrid e intentaron reanimarlo, pero sus esfuerzos resultaron infructuosos. Dos días más tarde, fue sepultado en su localidad natal, rodeado de profundas muestras de dolor que dejaban en claro lo querido que era.
Los agentes del Grupo V de Homicidios y la Sección de Delitos Violentos (DEVI) de la Policía Científica asumieron la investigación e iniciaron el proceso de determinar si se trató de un intento de robo o, en cambio, fue un asesinato planeado con anterioridad.
Pronto, sus investigaciones se orientaron hacia la segunda hipótesis, especialmente debido al hecho de que la víctima llevaba consigo una gran cantidad de dinero y los responsables de su muerte no se lo llevaron.
«Personas conflictivas»
Finalmente, los especialistas de la Policía Nacional establecieron que Juan Miguel había estado siendo amenazado durante algún tiempo debido a que una persona cercana a él había contraído una deuda con individuos «muy problemáticos». Estos sujetos, conscientes de la situación económica desahogada de Juan Miguel, le exigían que asumiera el pago.
Así pues, su resistencia a someterse a chantajes habría sido lo que determinó que, en esa trágica madrugada de marzo, dos encapuchados lo abordaran al llegar a su hogar y le cortaran el cuello. Tres de los presuntos autores ya se encuentran detenidos, aunque las fuentes consultadas no han especificado si la investigación está cerrada o si aún quedan algunos aspectos por resolver.
