En la Vega Alta, los productores de fruta de hueso tildaron de «positivas» las lluvias, aunque señalaron que «han sido la causa de que se pierdan miles de peonadas en el campo».
Manuel Martínez, vicepresidente de Fecoam, explicó que las precipitaciones fueron «una auténtica bendición para el campo» y cuantificó en 30 litros por metro cuadrado la cantidad de lluvia caída en el campo. En los municipios del Valle de Ricote, en concreto en Abarán, cayeron unos 50 l/m2, y los productores también se mostraron satisfechos con las precipitaciones.