En el marco de la diversidad cultural que caracteriza a los pueblos de España, cada localidad tiene su propia identidad y tradiciones y Abarán no es la excepción. Álvaro Carpena, comparte hoy con nosotros la segunda parte de la recopilación que en su día publicó Indalecio Maquilón Carrelón (de Gerines) en el libro de las fiestas de 1991.
Los apodos, son una tradición arraigada en Abarán desde hace generaciones. Estos sobrenombres cariñosos o jocosos se han transmitido de padres a hijos, configurando un sistema de identificación propio que ha trascendido en el tiempo.
Estas denominaciones han sido atribuidas a personas destacadas en la comunidad, ya sea por alguna habilidad especial, una anécdota memorable o simplemente por su personalidad singular.
Es importante destacar que los apodos abaraneros no buscan ofender ni menospreciar a nadie, sino que forman parte de un lenguaje propio y cercano que fomenta la camaradería y el sentido de pertenencia entre los habitantes del lugar. Es un testimonio vivo de la historia y la idiosincrasia de Abarán.
Estos apodos no solo se mantienen vivos en la memoria colectiva, sino que también han influido en la historia local, encontrando en ellos un elemento distintivo y peculiar de esta tierra.